sábado, 18 de abril de 2015

musgo


Hoy de tus paredes viejas
crece el verde de la vida
sobre nuestras voces hechas piedra

Trinidad


Tengo fuego en mi interior,
una flama azul, incandescente, alimentada
por la leña de mis pensamientos
obscuros.


A veces, como fiera, deseo la muerte
de los corruptos.
Y la flama se extiende, quema los
pastizales de mi calma,
arrastra al monje que levita,
destruye las ramas secas, 
donde reposa el ave de mi espíritu.


Llegan a mí deseos turbios
y pienso que estoy enferma
de rabia.
Sin embargo, existe un ser
de agua,
que como un Tsunami,
ahoga la furia y la tristeza.
Es ese a quien llamo Dios.