domingo, 3 de mayo de 2015

Los monjes



Si quieres salvar al mundo
 no presiones
 no mandes mensajes dispersos
 sobre ambientalismo, 
no convenzas,
no postules tu vida al premio Nobel de la Vida Ejemplar

 No luches por la vida de los animales,
 no odies a los cazadores furtivos, 
ni llores, 
ni te sientas consumido por la ira

No tengas ídolos comunistas, 
socialistas, 
anarquistas
 o de la nueva izquierda

No encapuches tu cabeza ni marches con rifles, 
no lances bombas molotov, 
no impongas tu discurso

Deja la vida seguir
Siéntate a ver cómo mueren tus enemigos 
atrapados en su propia trampa 
Míralos con un telescopio, 
desde muy lejos, 
donde te parezcan hormigas indefensas

Pasa tu vida en soledad 
o con un compañero dispuesto a hacer lo mismo 
Aislarse y coincidir en silencio

Y tocar, 
casi sin sentirlo, 
sus manos. Y nada más.






Caribe




Llevabas un traje blanco,
al estilo de la isla,
esa primera vez que te vi.
Una camisa como de seda,
blanca con rayas verticales 
en negro y plata.



Tu corbata ya sin apretar,
el pelo revuelto
y zapatos de charol.
Y estabas ebrio como scar face.



Yo ardía por dentro
y de cuando en vez
cruzamos miradas obscuras.
Tu mirada de abismo,
y la mía de golondrina.

Fuiste mi casa cuando atardecía,
yo penetré en la noche de tus labios
victoriosa de nuestro primer encuentro.
Y quise quedarme envuelta
en tu perfume de tabaco cubano,
pero la noche fue mermando en la mañana
y desperté del sueño,
aún con la miel de tu saliva
y tu carne clara
de arena blanca
de sal caribe.