martes, 29 de abril de 2014

Las vidas sin alma


¿Recuerdas cómo eras antes de conocer al "perro"? Un poco idiota, pasabas desapercibido y, en fin, nadie te miraba ni encontraba tuyo por lo cual odiarte, eras sólo una persona más. Pero tuviste que conocerlo y tuvo que recordarte tus miserias. "Él con su brillante, fuerte, cegadora presencia y su distintivo olor a coñac. Tuviste entonces que robar, que comprar títulos y puestos, tuviste que conocer a la madre de tus hijos, mujer amante del "perro" y madre de tus pobres ratas, que no saben nada de ti. Tuviste que ganarte envidias, pero sobre todo odio, y en cambio, sí, perdiste amor, Dios no te ama ni lo lamenta, perdiste vida, cuerpo, sangre, alma. "Ay, el "perro", de no haberlo conocido..." --Murmuras. Y kilómetros abajo se revuelven mares y tierras. Vas volando a tu próxima reunión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario